Porque son muchas y distintas las ciencias que estudian al ser humano desde todos su ámbitos, hoy nos vamos a centrar en el trabajo que realiza la antropología pedagógica. Esta ciencia se encarga del estudio de todos aquellos hechos o sucesos del proceso de humanización. Estudia todos los fenómenos de formación del ser humano, entre los cuales están el desarrollo, la maduración, el aprendizaje y la socialización.
Es este último, la forma de socializarnos y de aprender, lo que nos diferencia del resto de animales. Porque mientras el determinismo animal solo busca la pura supervivencia y el mejor lugar para sobrevivir, el indeterminismo humano va más allá y transforma el medio en el que está para hacerlo un lugar adecuado para sobrevivir.
La antropología pedagógica igual se ocupa del análisis de la plasticidad cerebral y de todas sus partes que están relacionadas con la educabilidad.
Es entonces cuando llegamos al debate que dejamos el otro día concluido sobre la palabra educación y sus dos antepasados, la palabra educare y la palabra educere. La primera sinónimo de instrucción y la segunda de conducción o guía. Porque en eso consiste la educabilidad del ser humano, en una maravillosa mezcla de estos dos términos. Ya que el ser humano necesita que otros le instruyan a través de la socialización pero además necesita construir su propio conocimiento.
Esto es en lo que consiste las ideas sobre la educación que hemos comentado en clase, un proceso de educabilidad a través del cual en un entorno de cultura el ser humano evoluciona adaptando y adaptándose al medio en el que se encuentra, y a través del conocimiento construido por el mismo. He aquí los dos tipos a su vez de respuesta que puede dar un ser humano, la respuesta innata (la que le viene por naturaleza) y la respuesta adquirida (la que ha obtenido a través del proceso de aprendizaje).
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